En las tantas metas e ilusiones que se proponen a lo largo de la vida, van apareciendo situaciones malas y buenas. Y en este mes de Abril se presentó un regalo muy esperado para mi. Poder visitar Lisboa, que aunque era un viaje muy fácil de hacer, había que hacerlo... y de que manera!
He de decir que me sorprendió muchísimo Portugal, en su totalidad. Las opiniones leídas en los diferentes foros habidos por internet, me hacían dudar de lo que iba a encontrarme allí. Pero cual fue mi sorpresa que todo lo que por allí vi, me gustó, y mucho.
La primera experiencia en Portugal la tuvimos en Évora, una pequeña ciudad o pueblo (no se como llamarlo) en el que nos recomendaron visitar una capilla "forrada" con huesos y calaveras, que dicho de paso, fue espectacular pensar que eso estaba hecho en realidad... en que pensarían! xD
Terminamos la mañana tomando un "ligero" bocadillo, y proseguimos con nuestro viaje.
Nuestra meta era Almada, ciudad colindante a Lisboa, que se unía a ella por el conocido puente del 25 de Abril. Pero bueno se contará más adelante.
Al llegar a Almada, me sorprendió lo grande que era pero los diferentes microespacios que tenía. Podías callejear un poco por su centro, teníamos el monumento del Santo Cristo (que más adelante podréis ver fotografías) y además una zona de puerto, en la que pudimos disfrutar de un atardecer precioso.
El 2º día pudimos visitar la ciudad de Sintra. He de decir que a Noe y a Mariah, no le gustaron mucho... ya que nos encontramos con una sorpresa inesperada: tener que subir por un caminito no muy bien puesto xD hasta llegar al Castillo de Sintra. Pero para mi, de las mejores experiencias que he tenido. Lo único... no llevar calzado y vestimenta apropiada.
Me recordó a aquellos días en los que estuve en Escocia, con tanta humedad acumulada y tanto verde.
Por la tarde de ese mismo día y el 3º días, pudimos disfrutar ya del mismísimo centro de Lisboa, donde visitamos en una primera instancia la torre de Belém. Precioso, pero tuvimos que repetir la visita al día siguiente por la mañana para conocer su interior.
Luego en Lisboa, pudimos andar por su centro, enredarnos con sus gentes y mezclarnos con sus reliquias llamadas tranvías, hasta llegar al Castillo de San Jorge, situado en una zona muy alta de la ciudad. Se pudo ver en todo su esplendor la gran ciudad que es Lisboa... además de poder visitar un castillo y pasear durante unas buenas horas :D
Para terminar el viaje, el mismo día de vuelta, pudimos visitar el monumento del Cristo situado en Almada, ciudad donde parábamos. No por ser cristianos, si no por la situación en la que se encontraba. Exactamente no se cuantos kilómetros de altura tenía, pero las vistas desde allí... impresionantes.
Y poco más para terminar esta gran aventura. Las bastantes horas que tiene este tipo de viaje, merecen la pena, y termino diciendo, que espero volver para conocer más de esta ciudad.
